El último artículo del calendario Zen es bastante actual. A medida que se acerca el ágape, con su torbellino emocional y sus expectativas decepcionadas… ¿cómo mantener la concentración?Si mi trabajo te es útil, no dudes en apoyarme haciendo una donación en la plataforma Patreon. Muchísimas gracias!
Diciembre: Sobreviviendo a las Navidades.
Por supuesto, la Navidad es preciosa. Un momento del año, en el que nos reunimos con la familia, comemos bien, y presenciamos el amor y el agradecimiento por las pequeñas cosas. En teoría…en nuestro tiempo, más bien lo ideal tropieza con la realidad. Soñamos con las Navidades a la antigua usanza, con adornos navideños y un belén; pero los adornos son de plástico, el pavo ha sufrido antes de morir y Papá Noel ha sido golpeado en la nariz.
¿Cómo podemos gestionar esta vorágine de emociones nacidas de la brecha de nuestros sueños y la realidad?. ¿Cómo aceptar que todos los regalos son de plástico, hechos en Bangladesh por pequeñas niñas encadenadas a un banco de trabajo, y asimilar los horribles sentimientos que tenemos acerca de todo esto?.
Sé consciente de tus emociones.
Este periodo es tan agitado que, a veces, se nos hace difícil experimentar nuestros sentimientos en tiempo real. Tenemos la impresión de estar huyendo, todo explotando, como en una carrera. Incluso así, ser consciente de cada emoción es útil. Es trabajar hacia el autoconocimiento, el cual nos conduce a la libertad interior y es practicado en muchos de los diferentes caminos espirituales.
La clave: una emoción es primeramente una sensación física en ciertas partes del cuerpo. Por lo tanto, regresa a tu cuerpo para centrarte y anclarte.
Para añadir: cada vez que “vuelves a casa” (al cuerpo), te respetas a ti mismo. Es como si finalmente te dieses cuenta de que eres importante al hacer esta pequeña ceremonia para honrarte a ti mismo.
Respira.
A veces ocurre que ciertas emociones nos sobrepasan completamente, o existe el peligro de que lleguen a hacerlo. En ese momento puedes utilizar el siguiente ritual, proveniente de la sabiduría nativo americana, el cual nos libera de la tensión. Respira la emoción que hay en la parte del cuerpo donde la sientes (cabeza, plexo, garganta, vientre, …o cualquier otra parte que esté tensa). Mira al pasado (a menudo detrás de ti), y exhala una larga respiración, despacio y suavemente. Hazlo tantas veces como sea necesario.
La clave: la respiración, tal y como continua, desbloquea la emoción, y la pone en movimiento.
Para añadir: el trabajo está hecho en un nivel físico y simbólico, y su eficacia se incrementa mediante la repetición.
(Traducido por Sandra María [Sao] Santisteban Delgado).
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