Mes a mes, un pequeño viaje a través de los embrollos cotidianos – ejercicios prácticos para superar y cambiar nuestra relación con la vida…
Vayamos directos al grano: para los budistas el tiempo no existe, o al menos no tal y como solemos pensar acerca de este. Del mismo modo, volvemos al trabajo o a la escuela después de las vacaciones.
Ni siquiera “depresión postvacacional” (fácilmente observable en un tipo bronceado con una tensa sonrisa, quien se siente “tan feliz de estar de vuelta…de verdad”).
A pesar de todo, durante este complejo tiempo, cuando incluso el tiempo se vuelve incierto, actuamos “como si”. Como si el tiempo existiera. Como si fluyera desde el pasado hacia el futuro; como si un día tuviera 24 horas, y un año 365 o 366 días. Como si hubiera un regreso al trabajo después del verano. Y para culminar de manera hermosa (orgullosamente y con pleno entusiasmo), he aquí una pequeña nota con dos maneras para practicar en orden o caos.
Maravíllate por las pequeñas cosas.
No es fácil. Para nada es fácil. Vivir en modo “aprovecha el día” cuando el apacible susurro del viento en los pinos ha sido cambiado por el tráfico acelerado. Cuando las botas sustituyen a los pies descalzos. Verdaderamente. ¿Qué podemos hacer? El método, con el cual Buda mismo ya enseñó en el siglo V antes de Cristo es tal que así: “¡tómate las cosas tal y como vengan….y maravíllate por las pequeñas cosas!”. Un rayo de sol en la ventana, un gorrión en la rama de un árbol, la sonrisa de una persona cuando le sujetas la puerta, el contacto de nuestros pies con el suelo, o la indescriptible sensación de nuestros músculos cuando caminamos. En resumen, hay muchísimas oportunidades.
La clave : estate presente en el aquí y ahora.
Para añadir: medita sobre esta frase de Picasso “ hay gente que hace un sol en sencillo trazo amarillo y hay quienes hacen un verdadero sol de un sencillo trazo amarillo”.
Aprende a observar.
He aquí un corolario del punto anterior. Para ver un gorrioncito en una rama, has de abandonar el mundo de los pensamientos que te son familiares. Como ya sabes: el constante diálogo interno, la lavadora mental, yendo a 10,000 vueltas por minuto. La cual analiza, comenta, reflexiona, habla, vocifera, e incluso canta….por dentro. Para empezar a observar el mundo y sus milagros, tenemos que cambiar la lavadora al ciclo de lavado de prendas de lana. Un máximo de 10 vueltas por minuto. Y, el beneficio de esta mágica ecuación: cuando observamos el mundo, pensamos menos en nuestros propios problemas.
La clave : observar bien; abrir tus ojos, oídos …y la conciencia del cuerpo.
Para añadir: hazte con algún objeto budista de la buena suerte, el cual al llevarlo contigo te recordará el abrir los ojos y observar el mundo: lleva un mala (una pulsera budista) en tu muñeca; haz respiraciones profundas y completas, varias veces durante una hora, come en silencio algunas veces, etc.
La autora de esta guía, Kankyo Tannier, una monja budista; pero a un millón de millas de distancia de los clichés acerca de la espiritualidad.
Una bloguera muy activa en las redes sociales, que ofrece un viaje interior lleno de humor, optimismo y sencillez. También es autora de dos éxitos de ventas: “Ma Cure de Silence” , el cual ha sido traducido a 14 idiomas, y “A La Recherche du Temps Présent”. Kankyo Tannier está interesada en todo lo que pueda ayudarnos a traer significado a nuestras vidas: pequeñas cosas cotidianas, alegres rituales, momentos mágicos que abren las puertas al cielo. Su consejo está disponible para todos, sin dogma ni creencias.
Ella está de acuerdo con una espiritualidad moderna, en contacto con la vida real.
Ábrete al significado de la vida….Pero mantén tus pies en el suelo.
Kankyo Tannier :
Página Web : www.dailyzen.fr
Canal de Youtube : www.youtube.com/DailyzenFr
Su Monasterio : www.meditation-zen.org
Traducido por Sandra María [Sao] Santisteban Delgado : muchas gracias !